La franquicia de Tom Clancy recibe un nuevo juego y el resultado no nos puede tener más satisfechos: Estrategia militar, conspiraciones, narcotráfico, tecnología y horas de buen juego.
Hablar de Tom Clancy en el mundo de los videojuegos es sinónimo de juegos de guerra que están lejos de solo disparar y si el año pasado Rainbow Six y The Division nos hicieron recuperar la fe en la franquicia, Ghost Recon viene a restaurar cualquier tipo de duda que exista, con una campaña extensa, robusta y que en su fondo retrata varias aristas que son más reales de lo que nos gustaría.
Escuadrón de elite
Bolivia se encuentra bajo el dominio de Santa Blanca, uno de los carteles de narcotráfico más letales y extensos del mundo. Por esto, el escuadrón Ghost es llamado a infiltrarse y destruir las operaciones.
Santa Blanca tiene control sobre los medios, los políticos e incluso la policía, por lo que destruir a El Sueño – el jefe del cartel – y sus secuaces no será tarea fácil para los 4 soldados – tú incluido – quienes deberán no solo combatir, sino que además ganar el apoyo del pequeño grupo de campesinos que están en contra del cartel.
Esto es básicamente Ghost Recon Wildlands, un juego donde Ubisoft puso toda la carne en la parilla, generando el mapa más grande de la compañía, con misiones que requiere determinación, táctica y el apoyo de tecnología militar, lo que le va dando un toque muy superior frente a otros títulos de guerra.
Los gringos, la coca y el control
Los suministros son fundamentales en todo el juego. Los necesitas para conseguir apoyo de los rebeldes, para mejorar tus armas, tu escuadrón y tus habilidades. Por suerte, el mapa esta plagado de ellos y todos con una dificultad variable. Algunos son tal fáciles como caminar por una calle mientras que para otros debes plantear un asalto silencioso para acabar con sicarios y militares. Quizás este es el punto que más tiempo me ha consumido en el juego, ya que es impresionante como nunca se acaban las misiones anexas a la historia principal, lo cual te permite mejorar mucho la estrategia de combate y puedes pasar de un jefe narco a otro – son más de 30 – y así vas mejorando.
Con el correr de las horas debes enfrentarte a los Sub Jefes de área, los que se desbloquean cuando llevas al menos 2 jefes narcos y ahí recién puedes enfrentarte a los jefes de área – producción, influencia, etc – los que son te van a exigir todo lo aprendido en las misiones anteriores.
La estrategia pasa también por los objetos, como el dron, el que, créeme, será tu mejor amigo, ya que con el puedes saber cuántos enemigos hay, puedes noquearlos y distraerlos y así plantear mucho mejor el ataque.
La banda y las rancheras
Me quise detener especialmente en la musicalización del juego, qué si bien es bélico y tiene una – limitada – música instrumental muy de guerra, al subirte a los vehículos puedes sintonizar la radio “Santa Blanca” junto a DJ Perico y ahí hay una selección de narcocumbias y rancheras que al comienzo dan risa y al cabo de varios kilómetros se vuelven pegadizas.
Es importante destacar que el cartel tiene sus origines en México y esto responde muy bien al dialecto y jerga de los personajes, ya que, si bien estaos “físicamente” en Bolivia, las influencias de carteles de Juárez o Chiapas está presente en todo el juego. Seguramente si este juego hubiera salido en 1995 el acento sería colombiano y habláramos del patrón del mal.
Ghost Recon Wildlands es un tremendo título de guerra, que nos saca de paisajes similares y nos hace explorar otro tipo de estrategia. Totalmente recomendado para los que aman la acción y que buscan un juego extenso, ya que, para combatir con el Jefe de Jefes, debes tener un mínimo de acciones que es bastante abultado, lo que sin duda exige un alto número de horas.