El pasado 19 de julio llegó a PS4 y PS5 una aventura protagonizada por un gato callejero que en segundos se ganó el corazón de los jugadores.
Antes de comenzar esta reseña debo confesar que no soy fan de los gatos. Soy una persona de perros y cuando me independicé lo primero que hice fue adoptar un amigo de 4 patas. Dicho esto, también soy una persona que no compra, por muy tiernos que sean, accesorios o productos con gatos. Simplemente no me gustan.
Pero el año pasado un trailer me hizo repensar algunas cosas y así conocí Stray, juego que por fin llegó a mis manos y que en un par de días – por temas de agenda – pude terminar y que me ayudó a querer un poco más a los felinos.
En un futuro
La premisa de Stray son las aventura de un gato callejero, el cual se pierde de sus otros amigos gatos y mientras trata de regresar con ellos se encuentra con un dispositivo que necesita la ayuda de un ser vivo.
Las cosas no son tan simples en el futuro, los humanos son cosa del pasado y las ciudades viven sitiadas, donde la superficie es un mito lejano. B12, e dispositivo que nuestro protagonista encontró comienza a recordar algunas cosas y debemos ayudarlo a recuperar esas memorias perdidas, cuidando claro de no perdernos en los techos ni de morir a manos de diferentes “mutantes” o máquinas.
Esas pequeñas cosas
En honor a la verdad me encontré con varios detalles en el juego y más de algún bug que en ningún caso arruinó la experiencia del juego. A esta altura una está igual media curada de espanto con algunos bugs de los juegos, pero no por eso hay que pasarlos por alto
También las expresiones del gato y sus limitaciones a la hora de poder andar libremente me generaron un poco de ruido. Los gatos pueden subir a cualquier parte y poco les importa si es una gran altura o distancia. Si bien algunos movimientos y ruidos son idénticos a los del animal, siento que esto no se transmitió al 100% en el juego.
Entonces
Stray ha sido un juego que me permitió disfrutar lo que más me gusta de los videojuegos. Sentí que inclusó sentí cariño por el gato, algo que jamas hubiera pensado que hubiera pasado.
Eso si, me hubiera gustado que fuera un poco más difícil o un poco más extenso y entiendo que a veces esa apuesta, de darle más tiempo a una etapa o agregar niveles extra solo por agregarlos, suele diluir la esencia del título.
Dicho esto, creo que el juego cumple de muy bien con todo lo que pretende y que es contarnos una historia, por simple que sea, con personajes entrañables y que te logra sacar de esa zona de confort con puzzles muy bien armados y que tienen una gran curva de aprendizaje y dificultad.
Stray está disponible para descarga directo a todos los usuarios de PlayStation Plus y se puede adquirir directamente desde la Store. Desde ya agradecemos a PlayStation y BlueTwelve Studio por la copia para realizar esta reseña.