Samurais, Vikingos y Caballeros se enfrentan en la nueva apuesta de Ubisoft con un combate que va más allá de machacar botones.
A la guerra
En un universo paralelo tres de las fracciones guerreras más famosas, Samurais, Vikingos y Caballeros, compartían en el mismo espacio temporal y, como pasa con los grandes imperios, la guerra se hizo presente, generando conflictos tanto internos como externos.
Esto resume lo que es For Honor, la nueva apuesta de Ubisoft que llegó el 14 de febrero y que pudimos disfrutar toda la semana.
Fuerza y dominio
A campaña, que en dificultad normal se extiende por poco más de 6 horas, nos permite jugar con las tres facciones, aprendiendo sobre sus conflictos internos y como la guerra se fue gestando entre ellos y con los demás. Partimos con Los Caballeros, para luego pasar a los Vikingos y finalmente a los Samuráis y esto nos sirve para aprender como pelean cada uno ya que las espadas o mazos hace que tengamos que poner atención a lo que estamos haciendo.
A que me refiero con esto, en For Honor protegerse de los ataques importa tanto como en un juego de pelea – que, dicho sea de paso, es For Honor, peleas con espadas, pero peleas al fin y al cabo – ya que hay que defenderse de enemigos que con un ataque simple son destruidos mientras que a medidas que
El contenido extra es un agrado cuando alarga la experiencia del juego, pero en el caso de For Honor solo acumula acero, lo que te permite acceder a personajes más fuertes y poder luchar de forma más competitiva en el multijugador, pero para alguien que solo quiere jugar la campaña – como yo – no hay mucho valor agregado. Solo microtransacciones que no son tan micro porque incluso se alza a los USD 100.
Defendiendo el honor
La apuesta de For Honor es más que interesante, pero peca en las microtransacciones, un ítem que es imposible ignorar en especial si vas a jugar el multijugador, el cual tiene varios modos y nos permite tener nuestro gran imperio en la pantalla, pero que sin el acero no podremos dominar ya que los precios de las recompensas obligan a tener que continuar pagando.
En resumen, el juego cumple pero deja un sabor un tanto amargo, en especial para jugadores como yo que disfrutan de las campañas y no de estar siempre online o mucho menos pagar para subir de nivel.