Han pasado 40 horas desde que comencé mi viaje por el antiguo Egipto gracias a Assassins Creed Origins, el nuevo título de la saga de Ubisoft Montreal que, después de tomarse un tiempo, vuelve con la historia de cómo nacieron los asesinos que han protegido a la humanidad desde hace miles de años.
Desierto, sol y oasis
Es el año 50 antes de Cristo, Bayek, el ultimo “medjay”, regresa a Siwa, su ciudad, después de salir de esta debido a una tragedia familiar. Ahí se da cuenta que las cosas han cambiado en Egipto, la época de los faraones se está agotando y tanto griegos como romanos ya se encuentran en el país africano.
Con el recorrer de la ciudad Bayek se da cuenta y escucha de sus conocidos el país ya no es lo que fue durante el reinado de Alejandro Magno y “La Orden de los Antiguos” comienza a sonar muy fuerte y no de la mejor forma.
Bayek deberá enfrentarse a enemigos, sacrificas personales y actos que van más allá de su entendimiento con el fin de proteger a su pueblo, ya que, como medjay, está obligado a buscar la paz y porque no, vengar la vida de los inocentes.
Madurando en las arenas
En una opinión muy personal creo que esta nueva entrega ofrece pasos firmes hacia donde quiero que vayan este tipo de videojuegos. Omitiendo 2 elementos a los que me referiré más abajo, Assassin’s Creed: Origins tiene muchas mejoras que valen la pena destacar.
Primero la inteligencia artificial, no solo de los enemigos, lo que ya no te quedan mirando mientras te enfrentas a un soldado, sino que da la impresión que atacan en conjunto y de forma sincronizada, por muy nivel bajo que sean, si te enfrentas a 3 o 4 al mismo tiempo puedes salir bastante herido. Esta mejora sin duda entrega mucha mas – y mejor – acción al juego.
Otro elemento, que si bien ya habíamos visto en otras entregas, sin los animales, lo que se no se quedan atrás con la AI. Si pasas muy cerca o haciendo movimientos bruscos, los leones, serpientes, cocodrilos y hasta hipopótamos que gobernaban en las orillas del Nilo te atacarán y nuevamente, en equipo y sincronizados.
El tercer elemento que quiero destacar es la exactitud histórica junto con la libertad creativa. El antiguo Egipto es algo que a todos nos pasaron en el colegio, sus dioses, sus construcciones y sus ritos, los que en este juego están tratados con mucho cuidado, en especial los relacionados con la muerte, las estrellas y como no mencionar las pirámides, las cuales incluso incluyeron la cámara que fue recientemente anunciada debido a que Ubisoft se guió en teorías apoyadas por historiadores y egiptologos. Creo que, cuando se toma un elemento tan potente como lo es la rica cultura egipcia había que tener un trato a la altura y siento firmemente que Ubisoft lo logró.
Un descanso y un retorno
Hablar de la saga de los asesinos generalmente divide a los jugadores en quienes disfrutan la saga, en quienes nunca la han jugado y en quienes ya olvidaron al italiano que tanta popularidad le dio. Por lo mismo, creo que es necesario que quienes ya dejaron de lado el juego le den una vuelta a sus dos últimas entregas principales, Syndicate y en especial a esta, Assassin’s Creed: Origins, donde no solo conocemos el origen – como su nombre lo dice – del credo, sino que también nos encontramos con un juego bien logrado, que, como suele ser en la saga, respeta mucho la cultura en la que se basa y entrega varias horas de entretención.
Upsssss #PS4share pic.twitter.com/6p8ZB4DWO2
— Ana Sagara (@kerosut) 5 de noviembre de 2017
El juego no está exento de algunos bugs, algunos son muy sutiles, y otros un tanto burdos, como este que subí en mi cuenta de twitter en donde el camello quedó sin algunas capas de diseño. De todas formas, sumando todos los elementos y restando algunos problemas gráficos, Assassin’s Creed: Origins es juego que sale muy bien parado y que, después de un parche de 2 gigas recibió una actualización HDR para la PS4, consola en la que realizamos el review gracias a Ubisoft Latinoamérica.