Llegó a nuestras manos el ultimo juego del universo de The Fast & Furious, y que en honor a la verdad, no le hace ningún favor a la familia Toretto.
A lo largo de 9 películas, el universo de Fast & Furious nos ha demostrado que sus alcances son ilimitados. Así lo hemos visto en sus películas, donde han pasado no solo los más espectaculares autos, sino que tambien tanques, aviones, superhombres y armas de destrucción masiva.
Ahora, gracias a Bandai Namco Latinoamerica, nos tocó probar el último videojuego de la saga y que, en honor a la verdad, no le hace ningún favor a la saga.
Mafia en las carretera
En los primeros minutos del juego tomaremos el manubrio de Dom Toretto, quien junto a Letty tendrán que derrotar a una banda de mafiosos griegos. Estos minutos nos permitirán conocer nuestro control ya que los autos no solo andan, sino que tambien disparan ganchos, usan nitro y sacan de la carretera a poderosos 4×4.
Luego podremos conocer la historia, la cual fue pensada exclusivamente para este juego y que nos llevará a tomar los roles de Vienna y Cam quienes por esas vueltas de tueca del destino y las ganas de tener más dinero en la mano, los llevará a enfrentarse a Emil, un mafioso internacional que promete no perdonarles nada y castigar en el mármol del infierno, a todo el que se interponga en su camino.
Por donde partir
No sabría como comenzar a enumerar los errores y problemas del titulo. Es más, creo que si hubiera salido para smartphones – hace 2 años – podría ser un poco más benevolente con la entrega, pero sus 30 GB en Xbox One – tambien está disponible en PS4 y PC – hacen que hayan problemas que son imperdonables.
Si bien el juego no es AAA, el peso del nombre Fast & Furious debería al menos servir para algo, por ultimo, entregar esa acción que llenó los cines con cada estreno y aquí lamentablemente no hay nada eso.
La narrativa del juego tampoco está a la altura. Hay momentos que carecen de todo hilo conductor e incluso cortes de un punto a otro que no tienen sentido. No hablar del diseño de personajes o los efectos de los autos, los que por cierto no se mueven con las fineza ni la destreza de la saga.
Quizás en el único acierto de la entrega de Slightly Mad es que logró juntar a algunos de los actores de la saga para que pusieran sus voces y revivieran sus personajes, lo que sin duda será un poco de azúcar sobre el trago amargo del juego.
¿Entonces?
No podría en buena conciencia recomendar este juego. Me subí tarde a la franquicia de The Fast and the Furious, pero eso no debería ser excusa para poder o no disfrutar un videojuego. Aquí hay problemas que van mucho más profundo de que si la saga es buena o no.
La franquicia de Rápido y Furioso tiene un universo de fans tan grande que probablemente le perdonen todo, no me extrañaría que sus ventas cubran la inversión y dejen un poco para una nueva entrega.