Need For Speed es una franquicia que lleva años en el mundo de los videojuegos, pasando sin grandes dificultades de generación a generación y acarreando una gran fanaticada que en cada nuevo lanzamiento se entregan a lo que las pistas les ofrecen dentro y fuera de lo legal ya que, en su origen NFS nos pone en el lado delictivo de las ruedas, donde tenemos que huir, evadir y apretar el acelerador al máximo.
El fantasma de los fantasmas
Luego de horas detrás del control no he logrado un equilibrio entre las horas de juego invertidas y la satisfacción de jugarlo. Hay muchas cosas de esta nueva entrega que no me terminan de convencer, a pesar de tener increíbles curvas o áreas de drift que son ideales para fanáticos así como caminos largos para acelerar, pero en general, a medida que avanzo más me molesta, quizás por que este año ha estado lleno de “juegos de autos” donde hay elementos que rescato más que unas persecuciones o quizás porque cada vez que quiero jugar NFS los personajes que han introducido como protagonistas me parecen muy “zorrones”.
Lo que si quiero destacar es que volver a NFS fue mucho más simple y en ningún momento sentí la necesidad de mirar el menú para saber que hace cada botón o peor aún, perder segundos de carrera porque apreté el freno en vez del acelerador. Si nunca haz jugado NFS descuida, será muy fácil dar con la jugabilidad correcta y este es para mí el punto más alto del juego junto con la cantidad de autos que puedes ir guardando y desbloqueando. También toman un viejo conocido de los Horizon que es el de descubrir autos abandonados, con la diferencia que aquí tendremos que encontrar también las piezas faltantes. Este tipo de misiones secundarias – que son varias de diversos tipos – hacen que el juego se vuelva más entretenido.
Manejar y ¿jugar?
La “mística” de Need for speed se pierde en Payback. Es un buen juego de autos, pero quizás con otro nombre lo hubiera disfrutado más. Como fanática de los juegos de auto creo que puede pasar sin penas ni glorias, en especial en un año donde las tuercas han tenido una gran presencia.